Revolución Industrial, arte e industria
La escultura ornamental en hierro fundido
Teresa
Espantoso Rodríguez
GEAP-Argentina
– ITHA (FFyL-UBA)
Durante
los últimos años del siglo XIX y los iniciales del XX, la Argentina adoptó
medidas que permitieran mostrar que era un país pujante y “civilizado”. Lo
urbanístico adquirió gran valor y en ese contexto la escultura en hierro
fundido –nacida en Francia a mediados del ‘800- cobró gran relevancia. Esta
producción en serie, se ofrecía a través de catálogos y fue utilizada como el elemento
decorativo por excelencia en parques, plazas y jardines. Las ciudades se nutrieron
de estas obras, se poblaron de esculturas, fuentes, bancos y farolas.
Personajes mitológicos, alegorías y animales formaron parte de un “decorado
urbano” que acercó al paseante a un mundo alejado de lo cotidiano.
La
firma Societé Anonyme des Hautes Fourneaux et Fonderies du
Val d’ Osne, como
otras fundiciones francesas que trabajaban el hierro fundido, se ubicaba en la
región del Haute Marne (Francia).
Las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tandil y
Tucumán, ente otras, poseen hoy en su patrimonio urbano numerosos ejemplares de
estas obras.
En esta producción las fuentes ocuparon un lugar preponderante:
la Modelo T y la Modelo 19, llamada de los Continentes, son las más relevantes,
y Buenos Aires, Mendoza y Córdoba
poseen en su patrimonio ejemplares de estos modelos.
Imagen
4- Modelo T- Buenos Aires.
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